viernes, 3 de junio de 2011

''This life like dream ain't for me'', Capítulo 6.

Billie Joe ni bien llegó a su casa se encerró en su estudio, verla así a Andrea lo había dejado preocupado, ahora estaba en su casa, impaciente, aguardando por su llamado, mientras ella estaba en el roñoso hotel, sola.
No sabía bien por qué, pero sentía una incontrolable necesidad de ayudarla, de saber que la traía a California, que la había llevado a alejarse de sus amigos y familiares, de su casa y hogar, ¿acaso tenía hogar?, quizás ese era el problema, quizás su casa había dejado de ser su hogar, quizás había huido a California buscando su lugar en el mundo.
Los minutos se iban uno a uno y Billie Joe no paraba de pensar, de esperar.
Las horas pasaron, arrastrando con ellas un manto negro con destellos amarillos, cubriendo el cielo y llenando las calles de oscuridad. Era de noche y ella no había llamado.
 Las nueve, mierda.
No tuvo que pensarlo dos veces, invadido por los nervios y el temor, salió de su casa para el encuentro con ella.
Subió las escaleras y golpeó la puerta.
No hubo respuesta.
 ¿Andrea?  preguntó y siguió golpeando.  Andrea, ¡ábreme!, soy Billie Joe.  exclamó más fuerte luego.
Al seguir sin oír respuesta, se apresuró a derribar la precaria puerta, ¿por qué esa desesperación por saber como estaba una chica que apenas conocía?
Entró casi desperado a la habitación, recorrió el living-comedor con la vista, se asomó a la cocinita y ojeó el baño, finalmente entró a su pequeño cuarto.
El corazón casi se le paralizó al verla tirada en la cama con un brazo colgando, bañado en sangre y con la alfombra, las sábanas y ella misma, ensangrentados.
 Mierda  musitó y corrió el breve trecho que lo separaba de ella.  ¡Andrea!, ¿¡Andrea!?, ¡háblame!  comenzó a gritar con un desespero casi palpable.
Ella abrió los ojos lentamente, devolviéndole con la misma lentitud, el alma al cuerpo a Billie Joe.
 Qué… ¿Qué demonios?  preguntó aún algo dormida.
 ¿Qué mierda pasó?  inquirió él sin alejar del todo su desesperación y temor.
 Aguarda…  dijo, se incorporó lentamente y comenzó a refregarse los ojos, en un intento de despertarse.  Mierda.  musitó, había olvidado el pequeño detalle de los cortes.
Miró su brazo y luego giró su rostro hacia Billie, la expresión de él era del más puro de los temores, su rostro estaba blanco, más blanco aún que lo claro del ojo.
 ¿Qué mierda pasó?  volvió a preguntar, ahora sin esa desesperación casi tangible, sino con un profundo miedo y una gran curiosidad y un aún mayor deseo de poder ayudar.
 Verás…  comenzó a decir, ya sin rastro alguno de sueño.
Abrió la boca para continuar, pero al no poder hallar las palabras adecuadas, un nudo se formó en su garganta, devolviendo a su corazón a un estado de penuria, de necedad.
Se vio acorralada, no sabía que decir, o como hacerlo. Comenzó a marearse, sintiéndose desorientada, y dominada por sus impulsos, corrió al baño, cayó de rodillas junto al inodoro, unas náuseas le dieron vuelta el estómago con violencia, haciendo que se retuerza sobre el sucio retrete.
Billie Joe se quedó parado en la puerta, viéndola vomitar, sin saber que hacer, y cuando al fin las náuseas y los vómitos cesaron, él se acercó y la abrazó. Ella se aferró con fuerza, echándose a llorar.
 ¿Ya estás mejor?  preguntó un rato después de que los sollozos cesaran y que el leve tiriteo de su cuerpo se terminara.
Ella asintió con la cabeza.
 ¿Quieres darte un baño y luego hablamos?
Ella aún algo mareada, volvió a asentir.
Billie entonces la dejó sola, cuando oyó el ruido de la ducha, salió a ver que podía comprar para cenar (suponiendo que los vómitos eran por nervios, miedo, o lo que sea, menos una simple descompostura), para su fortuna, encontró un pequeño restaurante con comidas típicas de América del sur y no dudo ni dos segundos, entró.
 Disculpe, aquí tienen em… empadadas, no… ¿empadanas?.  preguntó pensativo, tratando de recordar el nombre.
El hombre quien lo atendía no pudo evitar reír con ganas.
 No, pero si quiere le puedo ofrecer unas deliciosas empanadas.  dijo y rió un poco más.
 Bueno, disculpe…
 ¿Cuántas?  inquirió aún con gracia.
 ¿Dos platos?  preguntó, no tenía idea como se pedían.
El hombre volvió a reír con más ganas aún.
 ¿Para cuantas personas son?  inquirió, sin poder borrar la sonrisa y tratando de no reír más.
 Dos.  respondió Billie con algo de vergüenza.
 Bueno, supongo que con una docena estará bien.
Billie Joe abrió los ojos desmesuradamente con sorpresa.
 ¿De qué las quiere?
 Uh…  soltó.  ¿De que mierda hay?  preguntó, ya harto de las dichosas empanadas.
El hombre soltó una risa más leve que las anteriores.
 Pollo, jamón y queso, humita, carne.
 ¿Humita?
 Es decir choclo…
 Em, déme de… las cuatro…  dijo dubitativo.
¿Cuál le gustaría a ella? O mejor… ¿cuál podría gustarle a él mismo?
 ¿Tienen servicio a domicilio?
 Claro.
 Bueno, llévelas a esta dirección.  dijo al mismo tiempo que anotaba en un papel.
Luego regresó al hotel, algo enojado y avergonzado por la escena en el restaurante y algo preocupado por la otra escena en el hotel.

Volvió justo a tiempo para ver a Andrea salir del baño envuelta en una toalla.
 Olvidé la ropa de nuevo.  dijo con un resoplido, pero de buen humor.
Billie rió.
 ¿Y qué pasó con la que tenías puesta antes de bañarte?  preguntó por preguntar algo.
 Veras…  dijo mientras, ya en el pequeño cubículo que hacia de cuarto, se ponía una remera.  Esa ducha es la reina de las porquerías, tira tanta…  se frenó un momento mientras caía en la maltrecha cama, luchando con su pantalón. Lanzó un suspiro.  tira tanta agua para todos lados que no sé como es que la toalla resistió seca.  finalizó ya saliendo hacia donde estaba Billie. Solo vestía una remera de la banda de quien había sido su mejor amigo antes del accidente…, un jean roto como solía usar, una muñequera bien puesta para ocultar todo, y nada más.
 ¿No tienes frío?  preguntó Billie luego de hacer un gesto de comprender la explicación.  Te vas a enfermar.
 Si la lluvia de noviembre no pudo conmigo, una remera manga corta tampoco podrá.  bromeó ella.
Él rió.
Y en ese momento, un hombre se paraba en la puerta ''abierta'', ‘‘tendré que repararle la entrada’’ pensó Billie Joe y luego recordó las empanadas.
 ¿Si?  preguntó Andrea.
 Buenas noches, ¿aquí pidieron una docena de empanadas?  Ella miró a Billie con sorpresa.
 Si.  dijo él sonriéndose por la mirada que Andrea le dedicaba.  ¿Cuánto es?
 Son…  dijo pasándole el paquete.  nada.  musitó atónito, Billie lo miró extrañado.  Para usted nada.  agregó. Billie rió.  ¿Me podría…?  preguntó extendiéndole un papel y una lapicera.
 Claro. Pero insisto… ¿cuánto es?  Contestó Billie.
 De verdad, no es nada…
 Por favor, no necesito el dinero, yo te firmo y tú me cobras, ¿qué dices?  ofreció y Andrea rió en silencio.
El repartidor suspiró y le cobró.
 Muchas gracias.  agradeció el chico con una amplia sonrisa que Billie le devolvió.
 Igualmente.

 ¿Qué compraste?  inquirió Andrea, curiosa, a pesar de ya haber oído que eran empanadas.
 No… no voy a volver a pronunciar el nombre.  fue su respuesta.  Ten.  agregó y le pasó las empanadas para que las sirviera.  Me dijo el hombre que con una docena o no sé cuantas estarían bien, así que no sé si es mucho…  contó con una mueca. Andrea rió.
 No me digas que…  dejó la frase al aire mientras abría el paquete.  ¿Compraste empanadas?  preguntó divertida imaginando como las habría comprado, después de oír sus comentarios parecía haber tenido problemas…
 Si y déjame decirte que no vuelvo a comprar una comida de tu país sin instrucciones claras y puntuales.  contestó él haciéndola reír de nuevo.
 Cómo desearía haber ido contigo.  dijo con gracia y volvió a reír, con más ganas.
 Si, muy graciosa.  contestó él, haciéndose el enfadado y le tiró un bollo de papel que había en la mesa.  ¿Comemos?, quiero saber qué tienen de especiales estas cosas.  añadió queriendo dejar de lado el tema ya.
 Claro.  fue toda la respuesta.
Dejó las empanadas en la mesa y fue a buscar vasos y gaseosa. Cuando volvió se encontró con Billie trabando la puerta con una silla.
 ¿Qué pasó con la puerta?  inquirió con curiosidad.
 Digamos que la próxima vez que me tengas que llamar o lo haces o me abres de inmediato.  explicó y Andrea rió  Luego la arreglo.  y ese comentario fue el que cerró la charla sobre la puerta.
Ambos se sentaron a la mesa.
 Creo que están muy calientes, córtale la punta y deja que se enfríe.  dijo y Billie recordando el incidente con el mate, obedeció.  ¡Pero un pedacito solo, eh!  advirtió con algo de gracia antes de que abriera la empanada a la mitad, (imaginándolo abriendo la empanada al medio).
 ¿Y esa remera?  preguntó luego de un rato.
Andrea sonrió amargamente.
 De la banda de mi mejor amigo.  musitó bajando la vista a su prenda.  Eran en verdad buenos.  agregó con una sonrisa llena de orgullo, pero con un dejo de tristeza en su voz.
 ¿Eran?, ¿qué sucedió?  inquirió él con curiosidad, mientras masticaba con ganas una empanada de jamón y queso.
 Falleció.  dijo simplemente, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Billie no supo que decir, eso lo tomó por sorpresa.
 Lo… lo sient…
 No, no importa, no sabías.  lo cortó ella con una sonrisa.
 ¿Quieres contarme qué pasó?  preguntó luego de un pequeño silencio.
Andrea suspiró con un sollozo queriendo salir.
 Habían conseguido un par de fechas para tocar en Santa Fe, una provincia bastante lejos de Buenos Aires, donde vivíamos.  comenzó a contar, trasladando su mente a aquella época, en la que tenía 19 y su amigo 20.  Él estaba tan feliz, se le notaba a kilómetros de distancia, su sueño era ser un gran músico.  continuó con los ojos llenos de lágrimas y con una sonrisa de oreja a oreja.  Amaba a Kurt Cobain, era fan de Nirvana prácticamente desde la cuna, hasta recordaba la noticia de cuando falleció y solo tenía ocho años. La tarde antes del segundo show íbamos hablando de la fecha anterior y de Nirvana, me decía que trataría de convencer a los amigos de tocar un cover, quería hacer ‘‘Smell like teens spirit’’, ‘‘In bloom’’, ‘‘All apologies’’, ''Silver'' o alguna del primer CD, y estaba muy entusiasmado con ello. Me había prometido tocar mi canción favorita de los ‘‘Guns and Roses’’, ‘‘Estranged’’, sus amigos habían aceptado enseguida porque les encantaba también. Pero nunca llegué a oírla.  Cortó un momento el relato y borró su sonrisa al pronunciar la última frase. Tomó aire, para darse fuerzas para continuar.  Justo cuando me contaba lo que había sentido en el escenario, un hombre se nos acercó, recuerdo sus palabras en el momento como si las estuviese diciendo ahora en mi oído. ‘‘No sabes lo que fue, Andrea, la energía de la gente, no puedo creerlo aún, fue lo mejor que viví en mi vida, y solo esas cien personas saltando y cantando como locas me sirvieron para estar seguro, esto es lo que quiero, mi vida es la música y ya no me caben dudas’’.  Billie sonrió apenas con esas palabras: sabía exactamente lo que eso se sentía. Andrea aspiró con fuerza, el sollozo volvía a luchar por escapársele, pero de soltarlo, ya no podría continuar.  Miré a un costado y venía el baterista caminando a como una cuadra. Volví a mirar adelante y un hombre corría hacia nosotros con paso algo torpe, estaba algo drogado, nos gritó que le demos todo, pero no teníamos nada, Marcos le dio su celular, todo gastado y roto, el primero que había comprado, no gastaba en cosas que no necesitaba, ahorraba todo para su carrera musical.  siguió y un destello de luz volvió a aparecer en sus ojos al recordar que su amigo guardaba hasta el último centavo para progresar.  Y el ladrón no se quedó conforme, comenzó a gritarle, y todo fue muy rápido, vi que el baterista se quedaba en la vereda de enfrente, duro, pálido. Y luego el otro hijo de puta golpeó a mi amigo, lo tiró al suelo y lo golpeó más. Me abalancé sobre él, gritándole que lo suelte, que no le haga nada, que por favor lo soltara, hasta llegué a gritarle que me pegue a mi, pero que lo suelte a él, pero me arrojó contra un poste de luz y volvió a golpear a Marcos, y no conforme, cuando se puso de pie le disparó en el brazo. Él dio un grito desgarrador y el ladrón desapareció.  siguió y su rostro estaba empapado en lágrimas, hipando cada momentos, debido al maldito sollozo que le trepaba por la garganta y le nublaba la voz. 
Billie la observaba con un nudo en la garganta y queriendo llorar, pero aguantándose, debía ser fuerte, ella lo necesitaba, ¿en verdad lo necesitaba? Pensó en un momento, pero dejó de lado la pregunta al instante, no era tiempo de filosofar.  Me tiré sobre él gritando desesperada, preguntándole inútilmente como estaba, cuando era más que claro: estaba mal, estaba muriendo. ‘‘Nunca olvides que te amo, siempre fuiste mi hermana, la persona más importante. No lo olvides, y debes saber que cumplí con lo que soñaba, no debes lamentar esto, ni llorar ni deprimirte, ¿si?’’ dijo, lentamente, agotando sus últimas fuerzas con cada sílaba. Y yo le dije que también lo amaba, que no me deje, que lo necesitaba conmigo y que nunca tendría otro amigo como él, que nunca querría a nadie como a él. Pero era inútil, ya sabía, estaba muriendo, me oyó, pero no habló, yo seguí diciéndole cuanto lo quería y necesitaba, diciéndole todas las cosas que nunca había podido decirle y las que si. En un momento unos pasos se acercaron desde atrás, era el baterista, dijo que había llamado a la ambulancia, pero yo solo asentí con la cabeza y continué hablándole a Marcos, hasta que la ambulancia llegó, lo subieron y yo fui con él, pero a mitad de camino musitó ‘‘dulce niña mía (sweet child o’ mine), te amo’’ y murió.  terminó y no aguantó más, se tomó la cabeza con ambas manos, vencida por el recuerdo, perder a su mejor amigo había sido como si le cortaran ambas piernas, y parte de su alma y corazón. Él era todo, sin él su vida no valía la pena, solo le quedaba su familia, que no eran nada Y sus amigos, que ni competían con él. Su novio, ya era su parte de su pasado hace más de tres semanas.
Billie no pronunció palabra, se acercó a ella y la abrazó y ella quien estaba comenzando a desear una navaja, se aferró a él con fuerza y lloró en su hombro un largo rato.
Se le hacía increíble, pero parecía que huir le estaba sirviendo, no había pasado ni una semana y ya tenía un amigo, en quien creía que podía confiar, un amigo en quien sostenerse cuando estuviese por caer, un amigo que se preocupaba por ella. Esa idea comenzó a ocuparle la cabeza y a alivianarle un poco el peso que sentía en su corazón, sabía que no sería suficiente con él, que nunca podría ser completamente feliz, porque nadie borraría el pasado que la atormentaba, pero estaba comenzando a soñar con qué todo iría mejor y hasta lo estaba creyendo.

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Bueno subo rápido porque estoy renegando con una imagen e.e, coso, después hago la mini segunda parte de wake up para quien la quiera(? y coso, Andrea, Andi(?, mandame un MP que sino me olvido de decirte(? xD (lo que me dijiste en el otro cap) 

1 comentario:

  1. por favor! que manera de sufrir LPM!!!
    me siguen doliendo las muñecas :/
    jajajaja

    cada vez me gusta mas esta fic!.... :)
    y por supuesto que leere la parte de wake up

    me fui a terminar la tarea(?
    jajajja

    besote!

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