sábado, 24 de septiembre de 2011

''The ballad of Whilhelm Fink'', Parte I. Capítulo 7.

Lo que quedaba de lunes y todo el martes, pasaron en distintas velocidades para todos; para Jake y Joey, igual que el resto de la semana (lentamente a causa de la falta de su madre), para Mariel, a causa de tener que ocuparse casi por completo de los niños, debido a que Billie se encontraba en el estudio, transcurrió casi rápido, pero en cambio, para el cantante, cada minuto pesaba a horas.

¿Tú de verdad crees que esté escribiendo una canción nueva? preguntó Jake a Joey el lunes en la noche.
No lo sé… es raro… no pasó nada interesante como para que tenga sobre qué escribir… observó Joey pensativo.
Quizás habló con mamá y ella le dijo algo… sugirió el menor, que no se le ocurría qué pensar.
Ya duérmanse. dijo Billie apareciendo en la puerta. Les sonrió luego de encender la luz.
¡Papi! exclamó Jake. Joey le sonreía a la vez que trataba de encontrar algo que le dijera qué sucedía.
¿Qué hacen todavía despiertos? preguntó sentándose a los pies de su hijo menor.
Nada… dijo Jake. hablábamos. agregó encogiéndose de hombros.
Billie sonrió.
Supongo que no les molestará que me una a su conversación, ¿o si? preguntó y ambos niños negaron con una sonrisa radiante.
Entonces, tomó asiento a los pies de la cama de su hijo menor y se quedó un rato allí, charlando con sus hijos, siempre que algo lo preocupaba, charlar con ellos de lo que fuere le ayudaba, y más en ese momento, cuando al ver a Jake y Joey lograba vislumbrar a Adrienne.
¿Sobre qué es la canción que tienes en mente? preguntó Jake, en lo que sonó a una simple pregunta, cargada de curiosidad e inocencia.
No lo sé… sobre alguien que conocí cuando era joven… mintió. Aún no logro tener claras las ideas. continuó, y era creíble, solía tardar un poco en darse cuenta sobre qué quería escribir cuando una melodía llegaba a su cabeza.
¿La podremos escuchar cuando esté lista? siguió Joseph.
Por supuesto. asintió con una sonrisa, mientras que pensaba en que ahora tendría que escribir al menos un estribillo que mostrar a sus hijos.

A la mañana siguiente, se ‘‘quedó dormido’’ y apareció abajo cinco minutos antes de que sus hijos partieran, con aspecto de dormido y bastante desalineado. Cuando Mariel regresó, él ya se encontraba en su estudio, pensando, escapando.
En un momento se dijo que no podía seguir así, cuando se encontró a sí mismo, mirando como idiota a Mariel preparar algo para la cena, fue ese el momento en que el teléfono lo interrumpió.
¿Billie?Era Mike.
Hola, Mike.
¿Qué pasó ayer?
¿Por qué? preguntó confundido.
Porque, Tré, que por suerte tuvo un presentimiento de que olvidarías el ensayo, llamó a tu casa y nadie atendió…
‘‘Mierda. ’’ pensó, en efecto, había olvidado cancelar el ensayo.
Lo lamento, fui a Berkeley y olvidé por completo avisarles, pensé que había cancelado el ensayo… lo lamento…
Mike suspiró.
Te daría una paliza, pero estás de suerte, tenía mucho sueño y el no ensayar me permitió una buena siesta. dijo y ambos soltaron una leve risa.
¿Qué puedo decir?, soy un hombre afortunado. bromeó. Tré si que va a matarme. añadió enseguida.
No te creas… además… tantas veces habrá hecho cosas similares… tómalo como un ajuste de cuentas. espetó el bajista con una sonrisa.
La charla no se extendió mucho más, y al colgar, Billie salió del estudio.
Hola… saludó Mariel. Iba a preguntarte si querías comer algo, pero no quise interrumpirte…
Descuida. dijo él restándole importancia con la mano. Voy a salir un rato, si para cuando sale Jake no volví, usa el auto de Adrienne, está en la cochera.
Mariel asintió y Billie abandonó la casa.
Volvió dos horas después de que volviera Joey, y una hora antes de que Mike cayera de improviso a visitar.
¿Se fue?, ¿a dónde? preguntó con curiosidad el bajista.
No lo sé, solo dijo que saldría. explicó encogiéndose de hombros.
Mmm… soltó. Bueno, si no te molesta, ¿podría que…
¿Esperarlo?, pero eso ni se pregunta. interrumpió ella con una sonrisa. Mike también le sonrió.

Me pregunto a dónde habrá ido. dijo en un momento.
No lo sé, desde ayer que está raro. contestó ella.
¿Raro?, ¿en qué sentido?
Em… casi no sale del estudio y está como más serio… anoche dijo que tenía en mente una canción.
Mm… puede ser, cuando escribe se pone algo raro… aunque cuando escribe, suele querer ensayar más, para ver si se motiva...
Y en ese momento, el cantante atravesó el umbral de la puerta, Mariel y Mike le dirigieron una mirada.
¿Dónde estabas? preguntó el bajista a la vez que se ponía de pie y lo saludaba.
Por ahí, ¿cómo estás?
Bien, estaba aburrido y decidí pasar a molestar pensando que estarías…
Billie sonrió.
Lo lamento, ¡hubieses llamado!
Pero así no sería sorpresa. espetó Mike y rió.
Mariel los dejó solos.

Oye… ¿sucede algo? preguntó apenas ella salió.
¿Por qué? inquirió Billie.
Vamos… desapareces sin decir a donde vas, olvidas los ensayos, andas callado…
Pero, ¿qué tiene que ver?, quería tomar aire, extraño a Addie… dijo y no era del todo mentira. Si, la extrañaba, y sí, quería tomar aire, pero no era precisamente en Adrienne en quien pensaba al salir de la casa…
Mm… dudó Mike. si tu lo dices…
Continuaron charlando un rato y luego Mike decidió que era tarde y se marchó un rato antes de la cena.

Está lista la comida. llamó Mariel, está vez había puesto tres platos otra vez.
¿No comes? preguntó Billie sin demasiado interés.
Todavía no tengo mucha hambre. mintió. Sentía que él no quería tenerla cerca, aunque no comprendía el por qué.
Él asintió quedadamente y no dijo más.
¿Por qué Mariel no come con nosotros? consultó Joey, quien ya le había tomado cariño.
Dijo que no tiene hambre… contestó su padre.
Al finalizar la cena, Jake y su hermano se fueron a acostar, (Joey se quejó un rato alegando que al otro día no tenía clases, que quería quedarse más tiempo levantado), Billie los acompañó y charló un momento con ellos, luego sin intenciones de cruzarse con Mariel, caminó hacia su cuarto.
Oye… llamó ella, que justo lo vio cuando abría la puerta.
¿Qué sucede? preguntó sin muchas ganas. Para disimular, soltó un bostezo.
¿Para qué hora eran las entradas?, así sé para qué hora prepararles el desayuno, o almuerzo…
Deja, no tengo ganas de salir tan temprano, a la tarde vamos y sacamos otras en el cine. explicó sin dedicarle demasiada atención.
Entonces… ¿Jake irá o no a la escuela? inquirió confundida por la actitud que Billie estaba tomando últimamente.
Déjalos dormir hasta tarde.
Ella asintió y antes de que él pudiera entrar a la habitación, se dio vuelta y abandonó el pasillo.
Se fue a su habitación en la planta baja y se quedó pensando en la actitud que Billie había tomado hacía dos días y preguntándose por qué había sido, pero se durmió antes de hallar una respuesta.
Cuando el despertador sonó a las seis, lo apagó con desgano e intentó dormir un momento más, pero enseguida supo que ya no podría volver a conciliar el sueño, entonces se levantó. No tenía nada que hacer y no sabía a qué hora pensaba levantarse Billie Joe, y por precaución, no planeaba levantar a los niños hasta que él no lo pidiera.
Se lavó la cara y los dientes y salió de la habitación. Para su sorpresa, encontró a Billie sentado en un sillón.
Oh… perdón, pensé que… pensé que dormías… se disculpó al verlo. Entonces recordó que estaba aún con su corto y ajustado short de dormir y su remera, también muy ajustada, corta y escotada. Creo que… creo que mejor me voy a cambiar. dijo más para sí misma y giró hacia su cuarto, donde se duchó y cambió. Cuando salió de nuevo, él ya no estaba y eran las siete de la mañana.
Suspiró con algo de pesar al encontrar la casa vacía y en silencio. Comenzaba a extrañar los días de universidad, cuando compartía cuarto con dos amigas, todo el tiempo había ruido y vida, siempre alguien con quien hablar o algo que hacer. Pero ahora se encontraba trabajando para un hombre y sus dos hijos, cuya casa se encontraba en orden, y cuyo dueño casi no le dirigía la palabra desde hacía dos días.
Caminó a la cocina para ver que podía preparar para el desayuno y descubrió con algo de emoción que no había nada, tendría que salir a comprar.
Esperó a que sean las nueve, tomó el dinero que él le dejaba en una lata en la cocina, y salió caminando a comprar, no quería pedirle el auto y mucho menos tomarlo sin avisar, presentía que en cualquier momento, él estallaría y no quería ser ella quien provocara la explosión, así qué escribió una nota diciendo a donde iba y luego, salió.
Cuando llegó, aún no habían señales de vida en la casa, eran casi las diez, así que decidió preparar algo de comer y luego avisar a Billie y los chicos.
Para cuando terminó de preparar el desayuno, Jake apareció en la entrada de la cocina restregándose un ojo con su puño.
Buen día. saludó Mariel con una sonrisa. ¿Y tu hermano?
Ya baja, ¿falté a la escuela? contestó en un tono adormilado.
Ajam, tu papá quería que los deje dormir.
¿Dónde está papá?
Eem… no lo sé… dijo y Joey entró. Buen día. repitió al mayor, éste le sonrió levemente en forma de respuesta y con aire adormilado, se sentó a desayunar.
En ese momento, sonó el teléfono. Mariel lo dejó sonar un momento hasta que Billie, desde quién sabe qué parte de la casa, atendió.
¡MARIEL! gritó al rato para hacerse oír. ¡TOMA EL TELÉFONO!
Ella lo tomó.
¿Qué pasa?
¡Hola! saludó alegremente, Tré.
Hey… hola, ¿cómo estás?
Muy bien…
Bueno… entonces… interrumpió Billie.
¡Ah!, si, si… Bueno, voy a tener que cuidar a Frankito hoy y pensé que a Jake y Joey les gustaría venir un rato. explicó.
Em… no sé, ¿por qué me dicen a mi? inquirió confundida.
Porque íbamos a ir al cine con los chicos y todo eso, pero creo que se divertirán más con Tré, y creí que debías saber que en un momento pasará a buscarlos… Explicó Billie.
Oh… claro, está bien. contestó ella comprendiendo. Bueno, entonces, te veo en un rato, Tré, voy a avisarles a los niños.
Claro. asintió él y ella colgó.

Chicos… llamó la atención.
Ambos niños se giraron hacia ella.
En un rato va a venir Tré, los invitó a pasar el día en su casa. dijo y ambos soltaron un breve festejo. Coman rápido, yo voy a dejarles ropa preparada en sus camas para que hagan más a prisa, ¿si? los dos asintieron y ella subió.

Cuarenta minutos más tarde, Joey y Jake estaban listos y Tré golpeaba la puerta.

¿Entonces?... luego de cenar los traigo… dijo mientras volvía a meterse al auto tras una breve conversación.
Está bien. asintió ella. Pásenla lindo. les deseó y Tré le sonrió, luego arrancó y se fue, dejándola atrás, en la casa de los Armstrong, prácticamente sola.

Entró a la casa y el silencio se sintió al instante, parecía vacía y enorme sin ruidos alrededor, más no quiso encender la televisión y romper con esa paz.
Comenzó a limpiar el desorden que habían hecho los niños, y cuando terminó se dio cuenta que no había visto a Billie desde la mañana, ¿le pasaría algo?, el silencio de la casa comenzaba a perturbarla un poco, pero igualmente, no encendió la televisión, ni la radio, ni nada. Al cabo de un par de horas, cuando confirmó que no había nada que hacer en la casa, fue y buscó entre sus cosas unas hojas y lápices, estaba muy aburrida, entonces comenzó a dibujar para matar el tiempo hasta la hora de cenar.
Cuando por fin avanzó la hora, guardó sus cosas y comenzó a cocinar, pero le parecía tan extraño… Billie seguía sin aparecer. Dio un último vistazo al horno y sin pensarlo, salió de la cocina. En el living, no estaba. Se fijó en el patio trasero, tampoco estaba. Entró a la sala de ensayo, ni rastros de él. Pasó por el lavadero, tampoco. Miró en el garage y seguía sin aparecer. Espió el baño, cuya puerta permanecía abierta, y nada. Subió, no estaba en la pieza de los chicos, ni en la de invitados, tampoco en la sala de juegos, ni en el otro baño.
Entonces, solo le quedó una opción…
Golpeó un par de veces pero nadie contestó… ¿dónde se había metido?, no hizo caso a la nula respuesta e ingresó de todas maneras, quizás dormido, debía saberlo.
Al entrar pudo divisarlos sobre un sofá, con la mirada perdida en lo alto del techo.
¿Te encuentras bien? preguntó.
Él negó lentamente, como preso de un trance hipnótico.
¿Qué sucede? volvió a preguntar a la vez que se acercaba a él.
Siento que me vuela la cabeza, siento que estoy perdiendo la cabeza. dijo casi en un lastimoso susurro.
Mariel se acercó más, quedando muy cerca de él, y posó su mano en su frente.
No tienes fiebre… comentó mientras tomaba su rostro y le hacía una caricia en la mejilla.
Lo sé, no es eso lo que me pasa. dijo entonces y tragó saliva con dificultad.
¿Qué es entonces? inquirió ella, mientras inconscientemente, comenzaba a acercarse más.
Otra vez la habitación se hundía en el más profundo de lo silencios, ambos volvían a ser víctimas de un hechizo librado en los ojos verdes de él y los miel de ella.
Sus labios comenzaron a temblar levemente, quería decir algo, pero las palabras que fluía como un torrente de agua por su interior se disipaban en una laguna en su garganta, evaporándose por completo antes de embargar su voz.
Y como guiados por una fuerza mayor, sus labios, sus cuerpos, comenzaban a sentir nuevamente ese magnetismo mágico y empezaban a acortar la distancia.
Ya se encontraban a centímetros, ya sentía sus alientos chocar, oían sus respiraciones, y casi podían percibir sus latidos.
Entonces él fue echándose hacia atrás, recostándose en el sofá, acomodándola sobre él, y ella siguió su cuerpo, deslizándose sobre el de él suave y lentamente, hasta quedar recostados uno sobre otro.
Mariel podía sentirse subir y bajar conforme a la respiración de él, mientras Billie podía percibir el paso de ella sobre su cuerpo.
Sentían sus respiraciones chocar y hacerse una, sus latidos unirse en una única melodía, haciendo de aquel un momento eterno, hundiéndose más y más en ese silencio de perdición.
Don’t wanna close my eyes, I don’t wanna fall asleep, ‘cus I’d miss you baby, and I don’r wanna miss a thing… canturreó, apenas en susurros, a escasos centímetros de ella.
Respirar les costaba y en su interior algo les gritaba que acortaran del todo la distancia de una vez y se fundieran en uno solo, que acabaran con aquella dulce tortura de una vez… pero había algo que se los impedía, ¿era Adrienne?, ¿eran Jake y Joey?, ¿era algo relacionado a quién era él?, no, todo eso lo habían olvidado hacía horas… ¿o habían sido minutos?, lo único que los frenaba y alejaba de saciar esa necesidad que sentían era el hecho de no querer perderse nada, no querían cerrar los ojos, no querían que el hechizo terminara. Pero sus labios, sus cuerpos, no podían resistir más, y lentamente fueron apegándose más y más, hasta que al fin sus bocas chocaron y no perdieron más tiempo en palabras dulces y caricias, se unieron en beso que sin darse cuenta, habían deseado desde que Billie le abriera la puerta días atrás. Y parecía que todo estaba escrito, y parecía que su destino era terminar en ese beso, y quizás lo era. Pero ¿acaso importaba?, claro que no, lo único que interesaba en ese momento era que se encontraban ahí, tendidos en el sofá, donde en tantas ocasiones pasadas había entregado su amor a su esposa, besándose por primera vez… pero, ¿sería la última?, en ese momento, tampoco importaba.


Fin parte I.
        ·        

Acá está :$, no me odien T_T, y bueno... lo tenía escrito hace tiempo el final del capítulo, pero no tuve tiempo de pasarlo al word :_, en fin, aquí lo tienen :$, ya va por las 33 páginas la fic o.O y casi 17 mil palabras :B, (?)
Ok... el próximo cap es el primero de la parte II :B, y bueno... eso(? xD

3 comentarios:

  1. woou! al fin el beso! ya quiero ver q pasa despues. subi rapido pliss. besos

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  2. Necesitamos el próximo capítulo :D

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  3. nooooooooooooooo
    al fin!
    me encanto como lo relataste, genia! :D

    y si, me sumo a Valee, necesitamos el otro cap :B

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