''Wake up'': Capítulo 11, partes I, II y III.

Parte I: 6 de noviembre.

 ¿Adrienne?  preguntó Billie Joe.

Su reacción fue como si estuviese la muerte frente a él a punto de llevárselo y no exagero.

 ¿Qué mierda haces acá todavía?  exclamó con ira.

 La cuido.  contestó él tratando de mostrarse tranquilo.

 Tienes una esposa e hijos en California que necesitan que los cuides.  volvió a exclamar.

Esta vez no solo no entendía nada, si no que ver a Adrienne, la esposa de Billie Joe, frente a mi me hizo sentir tan… mal. No sentía celos, me sentía mal, él era de ella y ahora peleaban por qué él se quedó en Argentina a ¿cuidarme?, definitivamente, o estaba muerta o el mundo realmente estaba loco, es decir ¿por qué tenía que cuidarme?, podía hacerlo sola, siempre lo hice, y podía vivir sin él, aunque si se iba, moriría, ¿podía morir?, ¿estaba viva?, cada palabra dicha o pensada traía solo preguntas a mi cabeza, preguntas que parecían no tener respuesta.

 Ninguno de los tres esta en este estado y por mi culpa, Adrienne.  explicó con severidad.

¿En que estado?

 No es tu culpa Billie Joe, y no necesitas que estemos así para que vengas a casa.  Replicó ella.

 No, no necesito eso para volver a casa, pero necesito algo así para quedarme, y si es mi culpa, si ella no se hubiese puesto delante, yo estaría en su lugar, o quizás ni siquiera estaría. Se más agradecida, gracias a ella sigo vivo.  Su voz comenzaba a quebrarse y parecía que en cualquier momento iba a echar de ahí a su mujer a las patadas.

 Bueno y cuando despierte, ¡cásate con ella y múdate a Buenos Aires!, de seguro estará muy mal y necesitará de tus cuidados.  exclamó con rabia e ironía.

¿Otra persona más que decía que despierte?, ¿qué mierda pasa con todo y todos?

 ¡Deja de decir estupideces!, ¿quieres?, mejor ve a casa a cuidar de los chicos, ya que tantos cuidados necesitan.  exclamó, sin siquiera rastros de la tranquilidad que había intentado conservar hace escasos minutos.

 ¡No son estupideces, Billie Joe…             

 ¡Si, si son!, y mejor ándate, no quiero seguir discutiendo sobre esto, yo me voy a quedar con ella y fin de la discusión.  interrumpió a los gritos Billie a su esposa.

 Disculpen, pero hay gente tratando de descansar, por favor eviten los gritos o me veré obligada a echarlos.  ordenó una enfermera asomándose a la puerta.

 No se preocupe.  contestó Billie Joe, reflejando su enojo en la voz, lanzó un suspiro.  Ella ya se iba.  concluyó dirigiéndole una mirada severa a Adrienne, quien se la devolvió con sorpresa y odio y sin decir más se fue de la habitación.

 Te prometo que nada me va a alejar de ti. No hasta que despiertes.  musitó después de un largo silencio, me besó en la mejilla y se quedó un rato observándome desde la puerta, luego sin más, se fue.

 Creo que estoy condenada a simplemente no entender nada.  pensé antes de quedarme dormida.

Parte II: 10 de noviembre.

 Uf  resopló Billie al ingresar a mi habitación.  ¿todo igual?  preguntó más para si mismo que para mi, con clara resignación en la voz.

Lo miré sin entender, con el entrecejo fruncido, pensando en su pregunta, ¿todo igual?

 ¿A qué te refieres?  pregunté a la vez que él se sentaba a mi lado y yo en mi cama, tratando de ignorar a las mariposas que comenzaban a revolotear por mi interior.

 ¿Te sonrojaste?  preguntó con mucha sorpresa, algo de alegría y… ¿esperanza?, si… esperanza, en su voz.

 ¡Claro qué no!  espeté con mucha vergüenza y algo de risa, una tímida risa.

 Estás roja  musitó ahora con algo de ‘‘incredulidad’’ y preocupación.

 ¡No!  exclamé de igual manera, sonrojándome más.

 ¿Te sientes bien?  preguntó con ahora clara preocupación, parándose junto a mí y tocándome la frente para verificar mi temperatura.

 Em… si.  contesté mirándolo sin entender su reacción.

 ¿Para qué pregunto si sé que no vas a despertar y hablarme?  se preguntó a sí mismo, como retándose por… ‘‘ser tan idiota’’

A continuación, salió de la habitación en busca de alguna enfermera.

¿Otra vez con eso de que no le contesto?

 A ver…  decía la mujer minutos después, al mismo tiempo que me tocaba el rostro para comprobar mi temperatura.  No tiene fiebre, quizá un poco, pero le tomo la temperatura igual por las dudas  explicó y me puso un termómetro bajo el brazo.

 Ya no está tan colorada, hace un rato parecía un tomate.  contó Billie a la enfermera, seriamente, con la mirada fija en mí, pero sin verme realmente. Me pregunto en qué pensaba, tenía esa expresión que pone la gente cuando se queda colgada con algo en mente.

 Mmm…  se la oía a la mujer mientras miraba cuanto marcaba el termómetro que acababa de sacarme.  37º y medio  dijo.

 ¿Eso es mucho?  preguntó Billie Joe confundido.

La enfermera soltó una breve risa.

 Lo siento, olvidé que ustedes usan otra escala de temperatura…  se disculpó.

 No hay problema  contestó con una pequeña risa él.

 No, es casi normal, igual, por las le dejo el termómetro, si ve que se vuelve a poner así le toma la temperatura y me informa.  agregó luego y le extendió la pequeña varilla de vidrio.

 Claro  asintió él con una pequeña sonrisa y luego la enfermera salió de la habitación.

 El día que despiertes no te voy a dejar callarte ni cerrar los ojos ni por un segundo  dijo suspirando.  Es increíble lo mucho que anhelo oír tu voz o ver tus ojos…  continuó, su voz se oía muy triste, dando como resultado que me contagiara aquel sentimiento, un nudo se formó en mi garganta y las lagrimas se acumularon rápidamente en mis ojos, por como estaba y por lo que decía, ¿seguía insistiendo con que despierte, abra los ojos y hable?, ¿por qué?, ¿qué mierda pasaba?

Posé mi mano en su rostro, acariciándolo con el pulgar, no sentí nada.

 No siento nada   dije asustada y retiré mi mano de su rostro como si una descarga eléctrica me hubiese obligado a hacerlo.  ¿Por qué mierda no siento nada?  pregunté llorando.

 Porque no despiertas   afirmó en un amargo susurro.

Lo miré confundida, él me tomó el rostro y me acarició con el pulgar, ¿por qué si sentía cuando él me tocaba pero no cuando yo lo tocaba a él?, cerré mis ojos, disfrutando de aquel contacto, tratando de omitir el cosquilleo que se apoderaba de mi interior, cuando abrí mis ojos, me encontraba sola, otra vez.

Parte III: 15 de noviembre.

 Mierda, ya es quince de noviembre.  musitó con bronca.

 ¿Quince de noviembre?  pregunté.

 Pasaron veinticuatro malditos días.  volvió a musitar con la voz afectada.

 ¿Veinticuatro días?  pregunté nuevamente, no sabiendo si sentirme asustada, frustrada, enojada o qué, por lo que ‘‘elegí’’ sentirme desconcertada, como para no perder la costumbre.

 Dios. Debo decirte algo. Creo que es muy estúpido, y creo que es aún más estúpido que este tan nervioso por algo que con suerte vas a poder escuchar.  dijo con nerviosismo.

 ¿Con suerte?, pero si…  suspiré.  creo que es inútil.  musité al darme cuenta que nuevamente, ni me registró.

 Juro que no puedo creer esto que me esta pasado, porque es decir, tu solo estas ahí, callada, inmóvil, ‘‘dormida’’ y yo, aquí, tratando de que vuelvas y me digas algo, por más mínimo que sea, solo… algo.  siguió diciendo con un suspiro al final y a su vez, poniéndome nerviosa a mi también.

 ¿Qué estaba sucediendo?, ¿qué… qué iba a decirme?, ¿podría ser que…?... no, es imposible.

 Se me hace inevitable entrar y verte ahí y no… sentir esas… cosas, no lo sé…  trataba de explicarme.  Mira Aluminé, yo creo que  respiró hondamente para darse fuerzas para continuar.  creo que yo te…

Justo cuando se encontraba a centímetros de mi rostro, a punto de decirme eso que tanto anhelé oír y que en realidad, nunca pensé oír (de hecho, solo recuerdo estar consciente cuando él llegaba y minutos luego de que él se iba, no tenía mucho tiempo de pensar. Creo) lo que estaba por oír. Entonces, el médico abrió la puerta.

 Señor Armstrong.

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Ok, la parte II esta mala, lo sé, es que la había dejado sin hacer y la hice ayer y hoy y quedó medio colgada, pero bueno, ahora contesto los comentarios :B